Por: Braian Villagra

Un violento ataque aéreo llevado a cabo por fuerzas paramilitares rebeldes de las FAR (Fuerzas de Apoyo Rapido) se ha cobrado la vida de al menos 40 personas en la ciudad Omdurmán, la segunda más poblada de Sudán, según informaron activistas democratas en el marco de la guerra civil que asola el país desde abril de 2023.

“Hasta el momento, estimamos que hay 40 civiles muertos y alrededor de 50 heridos, algunos de gravedad”, indicó el Comité de Resistencia de Karari en un comunicado difundido en redes sociales. Este grupo, que toma su nombre de un barrio de Omdurmán, destacó la gravedad del ataque perpetrado por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar que lleva más de un año enfrentándose al ejército regular sudanés.

El ataque, ocurrido el jueves, ha sumido a la población en el caos. “No hay un conteo exacto de las víctimas en Omdurmán. La mayoría de los cuerpos llegaron al hospital universitario Al Nao, mientras otros fueron llevados a hospitales privados o enterrados por sus familias”, añadió el Comité de Resistencia de Karari.

En un mensaje publicado en la red social X, las FAR informaron de combates con el ejército sudanés en el puente de Halfaya, que conecta Omdurmán con el norte de Jartum, y anunciaron su intención de “destruir los bastiones terroristas” en la zona de Karari, refiriéndose a las fuerzas rivales.

Además, grupos prodemocracia acusaron a las FAR de llevar a cabo una masacre el miércoles en Wad Al Nura, un pueblo del centro de Sudán, que dejó un saldo de 104 muertos, incluidos 35 niños.

La guerra civil en Sudán, que comenzó en abril de 2023, enfrenta al ejército sudanés liderado por Abdel Fatah al Burhan y las FAR, bajo el mando de Mohamed Hamdan Daglo, en una lucha por el control del país. En poco más de un año, el conflicto ha provocado la muerte de decenas de miles de personas. El enviado especial estadounidense a Sudán, Tom Perriello, estima que el número de víctimas alcanza las 150.000.

Desde el inicio del conflicto, más de siete millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares, sumándose a los aproximadamente 2,8 millones de desplazados por otros conflictos, en un país cuya población es de 48 millones. 

Ambos bandos han sido acusados de cometer crímenes de guerra, incluyendo ataques contra civiles, bombardeos indiscriminados de áreas residenciales y obstrucción del acceso a la ayuda humanitaria.