Por: Mundo en Conflicto

Un bombardeo israelí sobre un campamento de desplazados en el barrio de Tal al Sultan, al noroeste de Rafah, ha causado la muerte de al menos 50 gazatíes. El ataque, confirmado por el Ejército israelí, estaba dirigido contra dos altos cargos del grupo islamista Hamás: Yassin Rabia y Khaled Nagar.

Según un comunicado del Ejército israelí, el ataque se basó en "inteligencia precisa" y tenía como objetivo a estos líderes de Hamás, quienes han sido descritos como responsables de la planificación, financiación y ejecución de ataques terroristas en Judea y Samaria (Cisjordania ocupada) y dentro de Israel. Yassin Rabia, comandante de la división de Hamás para Cisjordania, ha sido acusado de gestionar la totalidad de las actividades terroristas de Hamás en la región, transfiriendo fondos y planificando ataques desde la Segunda Intifada en 2001 y 2002, en los que murieron soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel. Por su parte, Khaled Nagar habría dirigido ataques con disparos y otras actividades terroristas, además de transferir fondos destinados a las operaciones de Hamás en la Franja de Gaza.

Imágenes difundidas en redes sociales palestinas muestran un gran incendio provocado por el bombardeo aéreo sobre las tiendas de campaña provisionales en Tal al Sultan, donde cientos de desplazados se habían refugiado. El Ministerio de Sanidad de Gaza denunció que la población se ve privada de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible, y que la infraestructura está siendo aplastada, describiendo la situación como una crisis humanitaria sin precedentes. Según el Ministerio, en las últimas 24 horas han muerto 190 palestinos en diferentes ataques, incluyendo la masacre en Tal al Sultan.

El bombardeo en Rafah se produjo pocas horas después de que Hamás lanzara ocho cohetes desde esa área hacia el centro de Israel, incluyendo Tel Aviv, sin causar daños graves ni heridos. En respuesta, Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, condenó el ataque calificándolo de "deliberado" y denunciando una "masacre que ha superado todos los límites", exigiendo una intervención urgente para detener los crímenes contra el pueblo palestino.

Las repercusiones del ataque se han extendido a Cisjordania, donde cientos de palestinos han salido a las calles en diversas ciudades, incluidas zonas conflictivas como Yenín y Tulkarem, en protesta por el bombardeo en Rafah. La escalada de violencia continúa alimentando la tensión en la región, con un creciente número de víctimas civiles y una crisis humanitaria en aumento.