Por: Mundo en Conflicto

El Kremlin ha anunciado hoy la retirada de las fuerzas de paz rusas de Nagorno Karabaj, marcando un hito en la región que ha sido testigo de tensiones étnicas y conflictos territoriales durante décadas. Esta decisión se produce luego de un acuerdo alcanzado con Azerbaiyán, que ahora controla la región desde septiembre de 2023.

El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, confirmó durante una conferencia de prensa que las tropas rusas han comenzado su repliegue del Karabaj, poniendo fin a su despliegue iniciado en noviembre de 2020. Este movimiento fue anticipado por los medios azerbaiyanos, que informaron sobre el inicio de la retirada de las fuerzas rusas de Nagorno Karabaj, como parte del acuerdo firmado en 2020 entre Rusia, Armenia y Azerbaiyán tras una guerra de 44 días que culminó con la victoria de Bakú.

Uno de los aspectos destacados de esta retirada es la evacuación del antiguo monasterio armenio de Dadivank, considerado una joya de la arquitectura medieval. El acuerdo original estipulaba que las fuerzas rusas permanecerían en la región hasta 2025, aunque con la posibilidad de una extensión.

El futuro del contingente de paz ruso en territorio azerbaiyano fue objeto de discusión entre los líderes de Rusia y Azerbaiyán, Vladímir Putin e Ilham Aliyev, respectivamente. Esta conversación se produjo después de una ofensiva azerbaiyana en septiembre de 2023, que resultó en la huida masiva de la población armenia de la región.

Trágicamente, durante esta ofensiva, cinco pacificadores rusos perdieron la vida en un incidente con soldados azerbaiyanos. Sin embargo, el presidente Aliyev se disculpó ante Putin y se comprometió a llevar a cabo una investigación sobre el suceso.

La salida de las fuerzas rusas de Nagorno Karabaj plantea interrogantes sobre el futuro de la región y las relaciones entre los países involucrados. El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha señalado que si las fuerzas rusas se retiran de Nagorno Karabaj, deberían regresar a Rusia en lugar de quedarse en Armenia, donde Moscú mantiene una base militar y tropas desplegadas en el aeropuerto capitalino y en las fronteras con Turquía e Irán.

Esta retirada marca un cambio significativo en el panorama geopolítico del Cáucaso Sur y es probable que tenga repercusiones tanto a nivel regional como internacional en los próximos meses.