Por: Mundo en Conflicto

El viernes pasado, los servicios de seguridad estatales en Transnistria, una región separatista de Moldavia respaldada por Rusia, informaron sobre un ataque con dron contra una unidad militar cerca de la frontera con Ucrania. Aunque el incidente causó daños menores a una estación de radar, por suerte no hubo víctimas. Las autoridades locales han iniciado una investigación penal, aunque aún no han atribuido la responsabilidad del ataque.

Según el Ministerio de Seguridad del Estado de la región, este incidente se enmarca en un patrón de provocaciones destinado a crear pánico y tensión en Transnistria, manteniendo la atención en la región. Este acontecimiento ha avivado aún más las tensiones en una zona ya de por sí volátil.

Moldavia y Ucrania, ambos candidatos a la Unión Europea, han acusado repetidamente a Rusia de llevar a cabo una "guerra híbrida" contra sus países, utilizando tácticas como la interferencia en elecciones locales y la propagación de desinformación. A pesar de las negativas de Rusia, estas acusaciones han aumentado las tensiones en la región.

Este último incidente se suma a una serie de provocaciones en Transnistria, generando temores de una posible interferencia rusa. Desde la invasión total de Ucrania por parte de Rusia hace dos años, los eventos en Transnistria han suscitado preocupaciones sobre el posible objetivo de Moscú en Moldavia, otro aspirante a la Unión Europea.

Transnistria, una región separatista que declaró su independencia de Moldavia en la década de 1990, mantiene estrechos vínculos con Rusia, lo que ha exacerbado las tensiones en la región. La ubicación estratégica de Transnistria, entre Moldavia y Ucrania, la convierte en un punto de conflicto potencial en la región.