jueves 19 de septiembre de 2024 - Edición Nº293

América | 22 mar 2024

Marcha campesina indígena y popular

Marcha de miles de campesinos e indígenas en Paraguay

La marcha en Asunción evidencia la creciente preocupación de campesinos e indígenas por la crisis climática y la falta de respuesta gubernamental ante sus demandas de tierras y créditos agrícolas. A pesar de las disputas sobre las causas de la crisis, la necesidad de una reforma agraria y una distribución más equitativa de la tierra en Paraguay es una demanda persistente entre los manifestantes.


Por: Mundo en Conflicto

En las calles de Asunción, la capital de Paraguay, se llevó a cabo una importante manifestación el pasado jueves, donde miles de agricultores e indígenas se congregaron para poner de relieve las potenciales consecuencias de lo que denominaron una "crisis climática". Los participantes de la marcha expresaron su preocupación por la falta de atención del gobierno paraguayo hacia sus demandas, especialmente en lo que respecta a la obtención de tierras y créditos para impulsar sus cultivos.

Sonia Acevedo, secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC), fue una de las voces destacadas en el evento, quien en un discurso en guaraní alertó sobre el riesgo de hambruna debido a la ausencia de asistencia técnica, infraestructura adecuada y acceso al financiamiento, factores esenciales en un contexto marcado por la crisis climática actual.

Según las estimaciones policiales, alrededor de 3.000 personas participaron en la marcha, que transcurrió de manera pacífica a lo largo de unas 20 cuadras de la ciudad. Durante el recorrido, los manifestantes entonaron consignas en contra del gobierno del presidente Santiago Peña, evidenciando un descontento generalizado con las políticas gubernamentales en materia agraria.

La Federación Nacional Campesina (FNC), organizadora de esta marcha anual desde hace 30 años, atribuye la crisis a la situación climática, señalando específicamente las olas de calor, sequías e inundaciones como manifestaciones directas de la misma. Sin embargo, estas afirmaciones son objeto de disputa por parte del gobierno paraguayo, que cuestiona dicha relación.

Además de las preocupaciones ambientales, Acevedo denunció la represión y la violencia sufrida por los líderes indígenas, así como la destrucción de sus viviendas por parte de grupos armados.

Entre las demandas de los manifestantes se encuentra una reforma agraria que incluya la recuperación de unas 8 millones de hectáreas de tierras que, según afirman, fueron adquiridas de manera indebida durante la dictadura de Alfredo Stroessner hace más de tres décadas.

Gustavo Sawatzky, representante de la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod), plantea una perspectiva diferente, argumentando que en Paraguay ya no es factible hablar de reforma agraria, y que es necesario adoptar un enfoque más orientado al desarrollo rural.

Un estudio realizado por la Unión de Gremios de la Producción (UGP) reveló que, a lo largo de los últimos 70 años, el gobierno adquirió 3 millones de hectáreas destinadas a la agricultura campesina, pero en la actualidad menos de la mitad de estas tierras están siendo aprovechadas por los agricultores, mientras que el resto está en manos de grandes propietarios.

La socióloga Mariel Palau resalta la desigualdad en la distribución de tierras en Paraguay, señalando que el 2,5% de los propietarios concentran el 85% de las tierras en un país con poco más de 6 millones de habitantes.

El presidente Peña ha expresado que la modernización del sector agrícola es clave para resolver los problemas del país, cuestionando la coexistencia de modelos de producción altamente tecnificados con prácticas agrícolas tradicionales que aún persisten entre los pequeños productores.

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