Por: Braian Villagra

En una escalada de tensiones en la región balcánica, el Primer Ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha denunciado la presencia de unidades del Ejército serbio a escasos metros de la frontera. Kurti acusa a las tropas serbias de llevar a cabo maniobras militares como un pretexto para provocaciones deliberadas, en un contexto de creciente preocupación por la seguridad en la región.

Estas tensiones reviven un conflicto histórico arraigado en las décadas de 1980 y 1990, cuando la región balcánica fue sacudida por guerras y conflictos étnicos tras el colapso de Yugoslavia. Kosovo, de población mayoritariamente albanesa, buscó la independencia de Serbia, lo que culminó en un conflicto armado en 1998-1999. La intervención militar de la OTAN en 1999 llevó al retiro de las fuerzas serbias y estableció una administración provisional en Kosovo.

Las declaraciones de Kurti se producen después de que el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, amenazara públicamente a Kosovo, insinuando la posibilidad de una intervención militar. Kurti ha hecho referencia a estas amenazas al señalar que las unidades serbias se están desplegando cerca de la frontera con Kosovo, cerca de la localidad de Zubin Potok, así como en Bujanovci.

El Primer Ministro ha presentado pruebas visuales, mostrando un video que exhibe a personas uniformadas en las cercanías de la frontera. Kurti advierte sobre la posibilidad de una invasión, señalando que incluso el acercamiento de vehículos militares es considerado anormal y representa una amenaza para la seguridad de Kosovo.

"Hoy se han detectado unidades del ejército serbio a pocos metros de nuestra frontera. Estamos siguiendo de cerca la situación para detectar cualquier intento de cruzar al territorio ", declaró el Primer Ministro kosovar en la red social X. 

Estos acontecimientos se dan en un contexto de estancamiento en las relaciones entre Serbia y Kosovo, a pesar de los esfuerzos de mediación de la Unión Europea. El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó su preocupación por la falta de avances en las relaciones bilaterales, en el aniversario de un acuerdo histórico que buscaba normalizar las tensiones entre ambas partes.

El acuerdo, firmado en Ohrid (Macedonia del Norte), parecía prometedor en su momento, pero las disputas entre Serbia y Kosovo han persistido, exacerbando la situación en la región. La Unión Europea ha estado mediando entre Belgrado y Pristina durante una década, en un esfuerzo por encontrar una solución pacífica a la disputa que se remonta a la declaración unilateral de independencia de Kosovo en 2008.

La comunidad internacional sigue de cerca la situación en los Balcanes, con la esperanza de evitar una escalada de tensiones que pueda desembocar en conflictos mayores en la región. Los recuerdos de los conflictos pasados siguen siendo vívidos en la memoria colectiva de la región, lo que subraya la importancia de encontrar una solución pacífica y sostenible para las tensiones en Kosovo y sus alrededores.