Por: Mundo en Conflicto

En un reciente episodio de escalada de violencia en la región, el grupo libanés Hezbollah lanzó más de 100 cohetes Katyusha hacia el norte de Israel en las primeras horas del martes. Los objetivos eran el cuartel general de comando de misiles y defensa aérea israelí en el cuartel de Kilaa, así como una base de misiles y artillería en Yoav.

Según fuentes del grupo, estos ataques fueron en apoyo al pueblo palestino en Gaza y como respuesta directa al bombardeo israelí en la región del Valle de Bekaa, que resultó en la muerte de al menos una persona el lunes por la noche.

La situación se intensificó aún más cuando el ejército israelí respondió con más ataques en el valle de Bekaa, un bastión de Hezbollah situado cerca de la frontera del Líbano con Siria. Según las autoridades militares israelíes, los objetivos eran dos centros de mando militar de Hezbollah en el área de Baalbek.

Los informes iniciales de la agencia de noticias libanesa NNA indicaron que al menos una persona murió y otras 10 resultaron heridas en los ataques israelíes. Posteriormente, Hezbollah confirmó la muerte de dos de sus miembros como resultado de estos ataques.

Este recrudecimiento de la violencia marca el episodio más grave desde la guerra entre Hezbollah e Israel en 2006, y plantea preocupaciones sobre una posible escalada aún mayor en el conflicto.

Según informes de la agencia de noticias Reuters, desde octubre los ataques israelíes han cobrado la vida de más de 200 combatientes de Hezbollah y alrededor de 50 civiles en el Líbano. Por su parte, en Israel se reporta la muerte de aproximadamente una docena de soldados y seis civiles como resultado de estos enfrentamientos.