Por: Braian Villagra

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que si bien la alianza ha brindado un apoyo sustancial a Ucrania desde 2014 y ha intensificado sus esfuerzos tras la invasión rusa, no hay planes para desplegar tropas de combate en la región.

La postura de la Casa Blanca respalda esta posición, enfatizando que el presidente Biden ha sido firme en su decisión de no enviar tropas estadounidenses para combatir en Ucrania.

Además, países europeos como Alemania, Reino Unido, España, Eslovaquia, República Checa, Polonia y Suecia han descartado la posibilidad de enviar tropas o se han mostrado en desacuerdo con la idea. Incluso Suecia, que está en proceso de unirse a la OTAN, ha declarado que el envío de tropas a Ucrania no está en su agenda actual.

En una reunión ministerial en Zagreb, el jefe de la diplomacia italiana, Antonio Tajani, expresó su desacuerdo con el envío de soldados italianos al conflicto ucraniano, subrayando que Italia no está en guerra con Rusia.

Hungría y Polonia, por su parte, han mantenido una postura firme en contra del envío de soldados y armas a Ucrania, rechazando la idea de un despliegue militar en la región.

El presidente finlandés, Sauli Niinisto, también ha enfatizado que Finlandia no tiene planes de enviar militares a Ucrania y comparte el enfoque de no tener presencia militar en la región.

En resumen, a pesar de las tensiones en aumento, los aliados de la OTAN han rechazado la opción militar y han optado por buscar soluciones diplomáticas para resolver la crisis en Ucrania y evitar un mayor deterioro de la situación en la región.