Por: Agencias

El primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, se dirigió a los manifestantes que portaban en la Plaza de la Libertad banderas de Georgia y los Veintisiete y coreaban "¡Europa, Europa, Europa!".

"Hemos logrado una histórica victoria. Nosotros, el gobierno y el pueblo, luchamos y trabajamos mucho para lograrlo. Lo merecimos", dijo.

Reconoció que el camino había sido "arduo", ya que estuvo salpicado de "muchos enemigos internos y externos", pero se congratuló de que Tiflis nunca tuvo que arrodillarse para alcanzar su objetivo.

"Lo principal es que evitamos la guerra, mantuvimos la paz, defendimos nuestro país, reforzamos la independencia y soberanía de Georgia. Desde hoy somos un país europeo. Gracias a nuestros amigos de Europa y América que apoyaron esta decisión histórica y justa", apuntó.

También felicitó al pueblo georgiano el embajador de la UE en Tiflis, Pawel Herczynski, quien recomendó a los políticos georgianos a ponerse manos a la obra y proceder a realizar reformas con celeridad.

Recordó que en el escudo de Georgia figura la siguiente frase -"La fuerza está en la unidad"-, por lo que llamó a todos los georgianos a unirse en pos de un objetivo común, en clara alusión a Gobierno y oposición, enfrentados desde hace mucho tiempo.

Una demostración de que el país no está ni mucho menos unido es que el Gobierno no invitó al acto a la presidenta, la europeísta Salomé Zurabishvili, a la que intentó impugnar recientemente en el Parlamento.

Con todo, Zurabishvili acudió a la plaza para celebrar junto a sus conciudadanos "el importante paso hacia Europa" que dio Georgia el jueves.

El año pasado, la UE reconoció sólo la "perspectiva europea" de Georgia, mientras que Ucrania y Moldavia recibieron el estatus de candidatos a ingresar, debido a las fuertes divisiones en la sociedad georgiana, en gran medida, por el encarcelamiento hace dos años del expresidente Mijaíl Saakashvili, hospitalizado desde mayo pasado.

Moldavia, con la que la Bruselas abrió la víspera negociaciones de adhesión, adelantó en la senda europea a Georgia al ponerse desde un principio en la vanguardia del apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia, mientras Tiflis tomó decisiones controvertidas como la de reanudar la comunicación aérea con Moscú.

Fuente: EFE