Por: Mundo en Conflicto

Este jueves, un tribunal en La Paz decidió no enjuiciar a la expresidenta Jeanine Áñez por la presunta planificación de un "golpe de Estado" contra Evo Morales en 2019. La defensa de Áñez hizo el anuncio al término de la instalación de la audiencia correspondiente.

El abogado de la exmandataria, Luis Guillén, declaró a los medios que "se ha apartado a la exmandataria de este proceso". A pesar de esta decisión, Áñez seguirá cumpliendo una condena de 10 años de prisión por su rol en la violenta crisis de 2019, que resultó en la renuncia forzada de Morales, quien fue acusado por la oposición de cometer fraude electoral.

Guillén enfatizó que "no se ha restituido la libertad" de Áñez, lo que impide considerarlo una victoria legal. "Lo consideramos como un respeto a la prohibición de un doble procesamiento", añadió el abogado al salir de la corte, donde la prensa no tuvo acceso.

En medio de su traslado desde una cárcel de La Paz hacia la corte, Áñez expresó: "No fue golpe, sí fue fraude", mientras era custodiada con esposas y un chaleco antibalas. Esta declaración refleja la postura de la expresidenta sobre los eventos que llevaron a su ascenso al poder.

En 2022, la justicia ya había condenado a Áñez por asumir la presidencia de manera inconstitucional. En este nuevo proceso, la fiscalía buscaba que fuera condenada por "terrorismo, asociación delictuosa y uso indebido de influencias" en relación con la supuesta planificación del golpe contra Morales.

Además de Áñez, el tribunal también recibió los casos del exgobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y seis personas más, incluidos exministros y líderes militares y policiales. Todos ellos continuarán respondiendo ante la justicia en este proceso, según informaron los abogados.

Este desarrollo marca un nuevo capítulo en la compleja y polarizada política boliviana, donde los ecos de la crisis de 2019 aún resuenan y las tensiones entre las facciones políticas continúan.