Por: Mundo en Conflicto

En un contexto de escalada de tensiones, Naim Qasem, el número dos del movimiento libanés Hezbolá, reafirmó este martes que "nuestras capacidades siguen siendo buenas". Sus declaraciones llegan después de un año de enfrentamientos con Israel, que en las últimas semanas se han intensificado, transformándose en una guerra abierta.

"Cada día, estamos cosechando numerosos éxitos: cientos de cohetes lanzados, decenas de drones en el aire y un gran número de colonias y ciudades israelíes bajo el fuego de la resistencia. Puedo garantizar que nuestras capacidades siguen siendo sólidas, a diferencia del enemigo, que intenta convencernos de que hemos sido debilitados", sostuvo Qasem en un discurso televisado.

A pesar de la reciente muerte de varios de sus líderes políticos y militares, incluido su secretario general, Hasán Nasralá, el dirigente aseguró que la cúpula de Hezbolá se mantiene "perfectamente organizada". En relación a la sucesión de Nasralá, Qasem explicó que se llevará a cabo de acuerdo con "el reglamento interno" del movimiento, a pesar de las condiciones "difíciles" que atraviesan.

Qasem también manifestó el apoyo de Hezbolá a los esfuerzos de la clase política libanesa para alcanzar un alto el fuego con Israel. "Apoyamos los esfuerzos políticos del presidente del Parlamento, Nabih Berri, que tienen como prioridad un cese al fuego", remarcó en su intervención, difundida por el canal Al Manar.

Horas más tarde, Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., afirmó que Washington busca una resolución diplomática del conflicto, aunque respalda las acciones israelíes contra Hezbolá. "Durante un año, el mundo estuvo pidiendo un alto el fuego y Hezbolá se negó. Ahora que está acorralado y siendo golpeado, de repente cambia de tono y pide un cese al fuego", criticó Miller.

"Apoyamos los esfuerzos de Israel para degradar la capacidad de Hezbolá, pero al mismo tiempo queremos ver una solución diplomática a este conflicto", concluyó el portavoz.

La situación en la región continúa siendo volátil, mientras las negociaciones para un alto el fuego y una resolución pacífica del conflicto se convierten en una prioridad para diversos actores internacionales.