Por: Mundo en Conflicto

El asesinato de Nasrallah y la creciente preocupación de Irán por la infiltración israelí

El ayatolá Ali Jamenei, líder supremo de Irán, había advertido a Hassan Nasrallah sobre el inminente peligro y le suplicó huir a Irán días antes del ataque. Sin embargo, Nasrallah, considerado una de las figuras clave del "Eje de la Resistencia" contra Israel, decidió quedarse en su búnker en el Líbano, donde finalmente encontró la muerte. 

El ataque ocurrió el pasado 17 de septiembre, en medio de una campaña israelí que se intensificó tras informes de inteligencia que revelaban una creciente infiltración de operativos israelíes en las filas de Hezbolá. Esta vulnerabilidad fue confirmada por tres fuentes iraníes, quienes aseguran que el propio Jamenei está ahora profundamente preocupado por el nivel de penetración israelí en los altos mandos tanto de Hezbolá como del gobierno iraní.

La reacción de Irán no se hizo esperar. A las pocas horas del ataque, Jamenei, desde una ubicación segura en Irán, ordenó el lanzamiento de aproximadamente 200 misiles contra Israel en represalia. Este ataque, que fue confirmado por la Guardia Revolucionaria Iraní, marca uno de los episodios más tensos entre ambos países en los últimos años. Según las mismas fuentes, el general de brigada Abbas Nilforoushan, un alto comandante de la Guardia Revolucionaria y uno de los emisarios que había sido enviado a evacuar a Nasrallah, también murió en el ataque.

El comunicado de la Guardia Revolucionaria también incluyó la mención del asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán el pasado julio, un hecho que Israel nunca reconoció oficialmente. Estos golpes han debilitado significativamente a las principales facciones armadas respaldadas por Irán en la región.

El fin de una era para Hezbolá y el caos en el Líbano

La muerte de Nasrallah ha dejado un vacío de poder en Hezbolá, la organización que desde su fundación en los años 80 ha sido el brazo más poderoso del "Eje de la Resistencia". Según fuentes libanesas, la organización ahora enfrenta serias dificultades para designar un nuevo líder, debido a la constante amenaza de infiltración israelí. Los altos mandos temen que cualquier sucesor de Nasrallah podría correr la misma suerte.

La campaña israelí no se ha limitado a la eliminación de líderes, sino que también ha impactado en la estructura operativa de Hezbolá. En las dos semanas previas al asesinato de Nasrallah, ataques precisos destruyeron varios depósitos de armas y diezmaron el alto mando militar de la organización. Magnus Ranstorp, experto en Hezbolá de la Universidad de Defensa de Suecia, afirmó que "Irán ha perdido la mayor inversión que había hecho en décadas", en referencia al golpe devastador que ha sufrido la capacidad militar del grupo.

Este episodio también ha revelado la profunda infiltración israelí en las estructuras de poder iraníes. "Esto sacudió a Irán hasta sus cimientos", señaló Ranstorp, quien destacó que no solo se perdió a Nasrallah, sino también a Nilforoushan, uno de los asesores militares más cercanos a Jamenei.

Un futuro incierto para el "Eje de la Resistencia

La muerte de Nasrallah y la creciente desconfianza dentro de Irán y Hezbolá podrían significar un cambio en la estrategia iraní. Con la capacidad de sus fuerzas subsidiarias en declive, Irán podría volver a recurrir a las tácticas que utilizaba antes del surgimiento de estas milicias: ataques directos contra embajadas y personal israelí en el extranjero. Según Ranstorp, esta tendencia podría intensificarse, dado que Irán busca desesperadamente una forma de mantener su influencia en la región.

El asesinato de Nasrallah no solo afecta a Hezbolá, sino que también pone en riesgo la efectividad del "Eje de la Resistencia", una alianza que durante décadas ha sido la punta de lanza de Irán en su conflicto con Israel. Con la pérdida de líderes clave y la constante amenaza de infiltración, tanto Teherán como Beirut enfrentan uno de los desafíos más críticos en su historia reciente.

Un panorama tenso para la región

Mientras tanto, Israel sigue adelante con sus operaciones en el sur del Líbano, donde ha lanzado lo que describe como una "incursión terrestre limitada" contra Hezbolá. El conflicto, lejos de apaciguarse, parece estar escalando, con Irán en busca de venganza y Hezbolá tratando de recomponerse tras el duro golpe recibido.

Las tensiones en la región están en su punto más alto en años, y el asesinato de Nasrallah no solo ha agudizado el enfrentamiento entre Israel e Irán, sino que ha generado un clima de inestabilidad y temor en todo Oriente Medio. La pregunta ahora es cómo responderá Irán en el largo plazo y si Hezbolá podrá recuperarse del que posiblemente sea el golpe más devastador en su historia.