lunes 16 de septiembre de 2024 - Edición Nº290

Europa | 24 ago 2024

Propuesta del nuevo gobierno laborista

El gobierno laborista británico impone un impuesto a las escuelas privadas para financiar la educación pública

El gobierno laborista del Reino Unido eliminará la exención del IVA para las escuelas privadas, buscando financiar la educación pública con nuevos impuestos. Aunque la medida podría crear miles de empleos docentes, genera preocupación entre las familias que se esfuerzan para mantener a sus hijos en colegios prestigiosos.


Por: Mundo en Conflicto

El nuevo gobierno laborista del Reino Unido, liderado por el primer ministro Keir Starmer, ha anunciado un plan para imponer un impuesto del 20% a las escuelas privadas, una medida que busca fortalecer la educación pública y reducir las desigualdades en el sistema educativo. Aunque la medida podría crear miles de nuevos empleos docentes, ha generado preocupación entre las familias que ya hacen un esfuerzo económico para enviar a sus hijos a colegios prestigiosos.

Starmer, quien asumió el cargo tras las elecciones del 4 de julio, ha insistido en que no tiene “nada en contra de las escuelas privadas”, que en la actualidad educan a aproximadamente 600.000 alumnos, representando un 6,5% del total en el país. Sin embargo, subrayó que “todos los padres tienen ambiciones para sus hijos”. En su caso personal, envió a sus dos hijos a una escuela pública en su barrio del norte de Londres, destacando que la falta de docentes en la educación pública es un problema que puede afectar la vida de los alumnos de manera significativa.

La eliminación de la exención del IVA para las matrículas de las escuelas privadas, anunciada en julio, es una de las primeras decisiones del nuevo gobierno laborista en respuesta a años de austeridad en los servicios públicos y al aumento de las desigualdades. Según estimaciones oficiales, esta medida generará unos 1.600 millones de libras esterlinas adicionales (aproximadamente 2.100 millones de dólares), que permitirán financiar 6.500 nuevos puestos de docentes en la educación pública.

A partir del 1 de enero, las escuelas privadas deberán pagar un impuesto del 20%, lo que inevitablemente se traducirá en un aumento de los costos para los padres. Según el Consejo de Escuelas Privadas, la matrícula promedio en estos centros es de alrededor de 18.000 libras esterlinas (casi 23.400 dólares), y en los prestigiosos internados conocidos como “boarding schools”, el costo puede llegar a las 42.000 libras (más de 55.000 dólares). Estos internados son famosos por haber educado a muchos miembros de la élite británica.

Si bien muchas familias que envían a sus hijos a estas escuelas exclusivas pueden asumir el incremento, la medida impactará también a sectores más amplios. Desde hace meses, la prensa británica ha recogido testimonios de padres angustiados que afirman que deberán retrasar su jubilación, cambiar de trabajo o recurrir a la ayuda de los abuelos para poder afrontar los nuevos costos. Otros contemplan mudarse a zonas con buenas escuelas públicas.

Amaka Nwabueze, una analista financiera de 45 años y madre de tres hijos, es un ejemplo de cómo esta medida afecta a las familias. "Tendré que trabajar los fines de semana, lo que significa que apenas veré a mis hijos", comenta Nwabueze, quien ya ha trasladado a sus dos hijos mayores a una escuela pública tras no poder superar el examen de admisión para un colegio selectivo. Su hijo menor, que no superó el examen, fue asignado a lo que describe como “la peor” escuela de su barrio. “No puedo sacar a mi hijo de una escuela primaria privada para meterlo en un colegio con fracaso escolar”, afirma, al tiempo que se enfrenta a un aumento de hasta 4.000 libras (casi 5.300 dólares) al año en la matrícula, lo que le causa una gran ansiedad.

Tony Oulton, director de la escuela Hulme en Oldham, al norte de Inglaterra, se muestra crítico con la medida, afirmando que parte de la “errónea idea de que todas las familias que envían a sus hijos a escuelas privadas son ricas”. Oulton explica que muchos de los padres en su escuela son mayoritariamente de clase trabajadora o media-baja, y que realizan grandes sacrificios para pagar la educación de sus hijos, priorizándola por sobre otras necesidades. “Algunos ni siquiera se toman vacaciones”, añade. Con la nueva normativa, algunas de estas familias ya han empezado a plantearse la posibilidad de retirar a sus hijos de la escuela.

Los críticos de la reforma advierten que el incremento en el número de alumnos en las escuelas públicas, debido a la salida de estudiantes del sistema privado, podría aumentar los costos para el Estado. Sin embargo, estudios recientes refutan este argumento. El Instituto de Estudios Fiscales prevé que, debido al declive demográfico, el número de chicos en el sistema público disminuirá de acá al 2030.

Además, otros centros de investigación han señalado que la disparidad entre el sistema público y el privado se ha acentuado durante los 14 años de gobiernos conservadores previos al actual gobierno laborista. “El costo de las matrículas en las escuelas privadas ha aumentado considerablemente, mientras que el gasto en el sistema público se redujo hasta el año pasado”, explica Harry Quilter-Pinner, director del Instituto de Investigación de Políticas Públicas. Según Quilter-Pinner, las escuelas públicas han tenido que innovar para adaptarse a sus presupuestos sin perjudicar a los alumnos, y ahora el gobierno laborista espera que las escuelas privadas hagan lo mismo.

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