Por: Mundo en Conflicto

Fiscales federales alemanes han acusado formalmente a dos hombres de planear un atentado en las inmediaciones del Parlamento sueco, en el centro de Estocolmo. Según la acusación, el complot fue motivado por las quemas del Corán ocurridas el año pasado en Suecia y otros países escandinavos, eventos que provocaron indignación internacional y protestas en el mundo musulmán.

Uno de los acusados es identificado como miembro del grupo extremista Estado Islámico (EI), mientras que el otro es un simpatizante del mismo. Ambos habrían estado vinculados a esta organización desde 2023. Se les acusa de haber canalizado dinero a través de intermediarios hacia una rama del EI, conocida como Estado Islámico Provincia de Khorasan (ISKP o ISIS-K), que opera principalmente en Afganistán y Pakistán.

La Fiscalía alemana sostiene que en el verano de 2023, ISIS-K habría ordenado al principal sospechoso que ejecutara un atentado en Europa como represalia por las quemas del Corán en Suecia y otros países escandinavos. Según los fiscales, ambos hombres planearon asesinar a policías y civiles cerca del Parlamento sueco.

Las autoridades afirman que los sospechosos realizaron preparativos concretos, en estrecha coordinación con miembros de ISIS-K. Como parte de estos preparativos, investigaron en línea la zona donde pretendían llevar a cabo el ataque e intentaron, sin éxito, adquirir armas.

Los dos hombres fueron arrestados en marzo de este año en Gera, en el este de Alemania, y se encuentran detenidos en prisión preventiva desde entonces. Ahora, un tribunal en la ciudad de Jena evaluará cómo proceder y si se llevará a cabo un juicio en su contra.

Contexto: Quemaduras del Corán en Suecia y su impacto internacional

Durante el verano de 2023, Suecia fue escenario de protestas antiislámicas que incluyeron la quema del Corán, lideradas en su mayoría por un refugiado iraquí cristiano. Estos actos desataron una ola de indignación en varios países musulmanes, lo que provocó manifestaciones frente a embajadas extranjeras, algunas de las cuales derivaron en episodios violentos. En dos ocasiones, manifestantes iraquíes irrumpieron en la embajada sueca, causando incendios en su interior.

En respuesta a estos eventos, la agencia de inteligencia de Suecia elevó su nivel de amenaza a cuatro en una escala de cinco, al considerar que el país se había convertido en un "objetivo prioritario" para extremistas. Además, Turquía utilizó estos incidentes como argumento para bloquear el ingreso de Suecia a la OTAN, en el contexto de la invasión rusa a Ucrania.

Recientemente, Suecia condenó a un hombre sueco-danés por incitación al odio étnico tras haber quemado un ejemplar del Corán. Aunque se reconoció que el acto podría ser interpretado como una crítica protegida por la libertad de expresión, los fiscales determinaron que, en ciertos contextos, también constituía un delito de agitación contra un grupo étnico.