Por: Mundo en Conflicto

El jefe saliente de la inteligencia militar de Israel, mayor general Aharon Haliva, asumió la responsabilidad por los errores en la defensa de la frontera del país durante el ataque del 7 de octubre. Haliva, un veterano con 38 años de servicio, había anunciado su renuncia en abril, siendo uno de los altos mandos israelíes que reconoció no haber podido prever ni evitar el ataque más mortífero en la historia de Israel.

"El fracaso de la inteligencia es mi responsabilidad", afirmó Haliva durante la ceremonia de renuncia, y solicitó una investigación nacional para "analizar" y "comprender en profundidad" las causas del conflicto entre Israel y Hamás. Este ataque ha tenido un impacto devastador en la reputación de los servicios militares y de inteligencia israelíes, hasta entonces considerados casi invencibles frente a grupos armados palestinos como Hamás.

En las primeras horas del 7 de octubre, tras un intenso bombardeo de cohetes, miles de combatientes de Hamás y otros grupos lograron cruzar las barreras de seguridad alrededor de Gaza. La sorpresa fue total para las fuerzas israelíes, que vieron cómo comunidades en el sur de Israel eran arrasadas.

De acuerdo con datos proporcionados por fuentes israelíes, el ataque dejó alrededor de 1.200 muertos, incluyendo israelíes y extranjeros, la mayoría de ellos civiles. Además, aproximadamente 250 personas fueron capturadas y llevadas a Gaza. Se estima que aún permanecen en Gaza unos 109 rehenes, de los cuales se cree que un tercio han fallecido.

A pesar de asumir la responsabilidad, el jefe de las fuerzas armadas, teniente general Herzi Halevi, y el jefe de la agencia de inteligencia nacional Shin Bet, Ronen Bar, decidieron permanecer en sus cargos mientras continúa la guerra en Gaza. La situación sigue siendo tensa, y la necesidad de una investigación exhaustiva se presenta como una prioridad para esclarecer los eventos que llevaron al conflicto actual.