Por: Braian Villagra

Argentina fue testigo de una impresionante demostración de descontento ciudadano, con cientos de miles de personas inundando las calles de todo el país para protestar contra los recortes de fondos a la educación universitaria pública. Esta movilización, considerada la más grande hasta la fecha contra la política de ajustes del presidente Javier Milei, refleja la profunda preocupación de la sociedad argentina por el futuro de la educación superior.

En la capital argentina, la magnitud de la protesta fue asombrosa, con estimaciones que oscilan entre los cientos de miles y medio millón de manifestantes, según cifras proporcionadas por la policía y la Universidad de Buenos Aires (UBA), respectivamente. Además, ciudades importantes del interior como Córdoba, Rosario y Mar del Plata también fueron escenario de decenas de miles de personas que se unieron "en defensa de la educación universitaria pública y gratuita".

El epicentro de la protesta fue la emblemática Plaza de Mayo, donde estudiantes, profesores y ciudadanos de todas las edades se congregaron para expresar su apoyo a la educación pública. En medio de consignas y pancartas, se destacaba el llamado a preservar la igualdad de oportunidades que ofrece la universidad como motor de movilidad social ascendente.

Uno de los testimonios más elocuentes fue el de Piera Fernández, estudiante y presidenta de la Federación Universitaria Argentina, quien afirmó: "Creemos firmemente en el poder transformador de la universidad como una herramienta clave para construir un futuro más justo y equitativo".

Antes de que se leyera el documento, varios oradores tomaron la palabra, incluyendo a destacadas figuras como Taty Almeida, representante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; así como líderes sindicales de gremios docentes como Sonia Alesso (CTERA), Sergio Romero (UDA) y Daniel Ricci (FEDUN), entre otros.

Entre los participantes en la manifestación se encontraban figuras prominentes como el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ex ministro de Economía, Sergio Massa; los secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano; el presidente de la UCR, Martín Lousteau, junto con otros diputados nacionales como Germán Martínez, Margarita Stolbizer y Facundo Manes, entre otros.

La protesta no se limitó solo a los reclamos en Buenos Aires. En ciudades como Córdoba, conocida por su prestigiosa universidad homónima, la presencia estudiantil también fue masiva, reflejando la solidaridad y el compromiso en todo el país.

La crisis presupuestaria en las universidades públicas ha sido un tema central en Argentina, especialmente después de que el gobierno decidiera mantener el mismo presupuesto del año anterior, a pesar de una inflación que alcanzó niveles alarmantes en marzo. Esta situación ha llevado a las instituciones educativas a declararse en emergencia, con dificultades para cubrir gastos básicos y enfrentar aumentos exorbitantes en servicios como la energía.

El presidente Milei ha defendido su política de ajustes, argumentando la necesidad de contener el gasto público. Sin embargo, la respuesta de la sociedad argentina ha sido contundente, destacando la importancia de la educación pública como pilar fundamental para el desarrollo del país.

El jefe de Estado abandonó la residencia presidencial alrededor de las 14:15 después de encabezar una reunión del Gabinete por la mañana en la Casa Rosada. Antes de irse, estuvo activo en redes sociales compartiendo mensajes que criticaban la marcha universitaria, destacando la supuesta politización del evento y retuiteando publicaciones de funcionarios y activistas que expresaban su desacuerdo con la protesta.